Los muñecos y muñecas en el Espiritismo Cruzado.
Es muy habitual observar en hogares religiosos de Santería o Palo Mayombe, la observación ya no únicamente de la famosa Bóveda Espiritual, sino de un conjunto de representaciones de espíritus en forma de muñecos de diferente naturaleza. Principalmente de indios, gitanas, y muy en particular de espíritus africanos de diferentes tendencias. Estas tendencias suelen ser provistas en los colores mediante los cuales son vestidos, colores que son correspondencias de los Orishas que se suponen veneran en vida en calidad de iniciados en algunos de los cultos afrocubanos.
¿Pero desde cuando hacen aparición estos muñecos, y cual es su utilidad?
El espiritismo como tal aparece en Francia durante finales del S. XVIII, pese a existir un protoespiritismo muy practicado en las Islas Británicas y los EE.UU bajo el nombre del “Espiritualismo”. Su llegada a Cuba dentro de los círculos “blancos” no se hace demasiado esperar, del mismo que su influencia se hacía creciente en muchos países de Europa junto con los EE.UU. A mediados del S. XIX ya existía en Cuba una práctica del espiritismo entre el negro que, mezclando fuertemente con sus creencias africanas de origen yoruba y bantú, tomó el mecanismo base del espiritismo europeo que habia visto ejercer al amo blanco, hasta formarse de manera expontanea un sincretico culto a los muertos que hoy llamamos “Espiritismo Cruzado”.
El Espiritismo Cruzado es una práctica común a todos los practicantes de Osha, y en gran medida también a los practicantes de Palo Mayombe: de manera especialmente significativa y masiva cuando de los linajes de Briyumba o Kimbiza se trata.
La representación de espíritus en tallas de madera (casi siempre cargadas por dentro de “secretos”) le viene al negro ya desde el imperio yoruba, y también fue y es común en las sociedades bantú. Espíritus, divinidades, antepasados, etc… el negro esclavo arribó en la Cuba colonial trayendo al criollo ese fetichismo (veneración de fetichismo) religioso que impregnó el Espiritismo. Ciertamente, no fueron siempre muñecas…y cuando pudieron serlo, desde luego no con los modernismos de una juguetería como hoy en día se ve. El autor, más acostumbrado a las viejas muñecas de trapo, y las tallas de madera, a veces se sorprende un poco viendo muñecas “modelo barbie”, disfrazadas de esclavas, en la Bóveda Espiritual. Sin embargo, supongo que pese a todo muchos religiosos consideran que manteniendo ciertos principios claros el material o idiosincrasia del fetiche es secundario: dejaremos para otra ocasión el debate sobre esta peculiar forma de pensar.
¿Pero desde cuando hacen aparición estos muñecos, y cual es su utilidad?
El espiritismo como tal aparece en Francia durante finales del S. XVIII, pese a existir un protoespiritismo muy practicado en las Islas Británicas y los EE.UU bajo el nombre del “Espiritualismo”. Su llegada a Cuba dentro de los círculos “blancos” no se hace demasiado esperar, del mismo que su influencia se hacía creciente en muchos países de Europa junto con los EE.UU. A mediados del S. XIX ya existía en Cuba una práctica del espiritismo entre el negro que, mezclando fuertemente con sus creencias africanas de origen yoruba y bantú, tomó el mecanismo base del espiritismo europeo que habia visto ejercer al amo blanco, hasta formarse de manera expontanea un sincretico culto a los muertos que hoy llamamos “Espiritismo Cruzado”.
El Espiritismo Cruzado es una práctica común a todos los practicantes de Osha, y en gran medida también a los practicantes de Palo Mayombe: de manera especialmente significativa y masiva cuando de los linajes de Briyumba o Kimbiza se trata.
La representación de espíritus en tallas de madera (casi siempre cargadas por dentro de “secretos”) le viene al negro ya desde el imperio yoruba, y también fue y es común en las sociedades bantú. Espíritus, divinidades, antepasados, etc… el negro esclavo arribó en la Cuba colonial trayendo al criollo ese fetichismo (veneración de fetichismo) religioso que impregnó el Espiritismo. Ciertamente, no fueron siempre muñecas…y cuando pudieron serlo, desde luego no con los modernismos de una juguetería como hoy en día se ve. El autor, más acostumbrado a las viejas muñecas de trapo, y las tallas de madera, a veces se sorprende un poco viendo muñecas “modelo barbie”, disfrazadas de esclavas, en la Bóveda Espiritual. Sin embargo, supongo que pese a todo muchos religiosos consideran que manteniendo ciertos principios claros el material o idiosincrasia del fetiche es secundario: dejaremos para otra ocasión el debate sobre esta peculiar forma de pensar.
¿Qué son, exactamente, esos muñecos?
Como hemos dicho, son representaciones de espíritus que acompañan a la persona. Entidades que la guardan y/o guían, o bien manifiestan algún tipo de interés por él. Para espíritu la Santería ofrece el denominativo de “eggun”, y el Palo Mayombe “Nfuiri”. Ambas palabras descendientes de sus idiomas originales: el yoruba y el kikongo, respectivamente. Estos muñecos son preparados y dispuestos, y después “cargados”, siempre como la propia entidad ha encomendado. Nadie mejor que la propia entidad para saber que tipo de soporte natural necesitará para canalizar sus beneficios hacia su protegido.
Cuando decimos “preparados y dispuestos”, hablamos de su material, su idiosincrasia, a menudo colores o detalles. Asi como, por supuesto, el lugar donde habitará. Esto no necesariamente siempre es una Bóveda: Grandes médiums de nuestra recesión han coincidido que una Bóveda personal a cuanto mas sencilla, mejor, salvando aquellas veces donde supondrá el portal para una labor espírita (una misa, o bien labores de otra índole) donde, ciertamente, se dejan ver Bóvedas mas vistosas debido a que convergen muchos astrales, muchos espíritus y muchos médiums.
Cuando decimos “preparados y dispuestos”, hablamos de su material, su idiosincrasia, a menudo colores o detalles. Asi como, por supuesto, el lugar donde habitará. Esto no necesariamente siempre es una Bóveda: Grandes médiums de nuestra recesión han coincidido que una Bóveda personal a cuanto mas sencilla, mejor, salvando aquellas veces donde supondrá el portal para una labor espírita (una misa, o bien labores de otra índole) donde, ciertamente, se dejan ver Bóvedas mas vistosas debido a que convergen muchos astrales, muchos espíritus y muchos médiums.
Cuando hablamos de “cargarla” nos vamos a un asunto mas complejo. Algunas entidades, y no son pocas, piden que sus representaciones sean cargadas por dentro: bien sean muñecos de trapo (¿ve por qué me llaman tanto la atención esas barbies de juguete de goma?) o tallas de madera. Dichas cargas a veces son una confluencia muy, pero que muy, precisa de hierbas o palos… a menudo ambas… entre otros elementos diversos. Otras veces son asuntos un tanto mas sencillos, como un “bautismo” en algún lugar que vibre en armonía con la entidad, o bien la exposición a elementos naturales (árboles, la luna, el sol) durante un tiempo predeterminado. Las posibilidades son muy variadas. Lo preferente es que el autor de dichas preparaciones sea un Iworo o Tata, ya que muchas veces a esto se acompañan rezos que facilitan la atracción de la entidad a su embajada material.
Las entidades son de indole y comisión variada, y los métodos que suelen encomendar para todo esto… al menos en mi experiencia propia y la previa con mis mayores… suelen ser afines a sus culturas y cuestiones relacionadas a su status cuando animaban materia, o como a muchos espiritistas les gusta decir “cuando estaban encarnados”.
Algunas entidades son personales, otras son famosas por acompañar a numeros enormes de religiosos: Francisco 7 Rayos, El Negro José (o Ta José), María Candelaria (gitana), Mamá Francisca 7 Sayas (o Francisca Lukumí), María Calavera, Papá Domingo, Tata Julián. Algunos de estos espíritus, sobre todo los de comisión africana, tienen fuertes afinidades con Orishas (Santería) o Mpungos (Mayombe) y suelen interesarse por aquellos encarnados religiosos que tienen también relación astral directa con esas mismas fuerzas divinas.
Se ha llegado a encontrar incluso entidades que tras morir su protegido, ha pedido insistentemente se diese a un descendiente muy en particular… como si de una herencia se tratase. Pues, efectivamente, esa misma entidad había pasado a proteger y guiar a un nieto u otro descendiente.
Las entidades son de indole y comisión variada, y los métodos que suelen encomendar para todo esto… al menos en mi experiencia propia y la previa con mis mayores… suelen ser afines a sus culturas y cuestiones relacionadas a su status cuando animaban materia, o como a muchos espiritistas les gusta decir “cuando estaban encarnados”.
Algunas entidades son personales, otras son famosas por acompañar a numeros enormes de religiosos: Francisco 7 Rayos, El Negro José (o Ta José), María Candelaria (gitana), Mamá Francisca 7 Sayas (o Francisca Lukumí), María Calavera, Papá Domingo, Tata Julián. Algunos de estos espíritus, sobre todo los de comisión africana, tienen fuertes afinidades con Orishas (Santería) o Mpungos (Mayombe) y suelen interesarse por aquellos encarnados religiosos que tienen también relación astral directa con esas mismas fuerzas divinas.
Se ha llegado a encontrar incluso entidades que tras morir su protegido, ha pedido insistentemente se diese a un descendiente muy en particular… como si de una herencia se tratase. Pues, efectivamente, esa misma entidad había pasado a proteger y guiar a un nieto u otro descendiente.
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